Pulse aquí si desea leer esta página en inglés
El ser humano tiene conciencia de sí mismo y de que físicamente es polvo de estrellas. El humano tiene cerebro y es consciente de sí mismo. Y se ha interesado en descifrar y comprender la composición y origen de este Universo.
El ser humano tiene conciencia de sí mismo
En la imagen de portada se puede ver la maravilla de la belleza de la Vía Láctea. Crédito: web “observatorio.info”
En algún rincón de todo esto hay pequeños seres que materialmente son poco más que nada: la humanidad.
Los avances científicos del siglo XIX llevaron a algunos filósofos a pensar que el hombre había desentrañado los misterios del Universo.
Entre ellos estaba un engreído Nietzsche, que si renaciera, volvería a morir, de vergüenza por lo que dijo, si averiguara lo que creemos que sabemos hoy.
En esta imagen obtenida con el Telescopio Espacial Hubble, y publicada por la NASA, se puede ver una parte del inmenso universo lleno de galaxias. Cada una de esas galaxias tiene millones de estrellas. Una de estas estrellas es nuestro Sol.
Actualmente, los nuevos descubrimientos en el conocimiento del mundo y de la materia, hacen que pensadores ilustres, como Hubert Reeves, consideren la situación desde una perspectiva más modesta y utilicen frecuentemente frases como: “tenemos razones para pensar…”, “creemos saber que …. “,” parece que … “.
Desde siempre el ser humano tiene conciencia de sí mismo
Cuando se creyó que se había descubierto la composición exacta de la materia, resultó que cada vez se encontraban nuevas incógnitas.
Parece que el descubrimiento de partículas elementales es una historia sin fin. El mundo microscópico se complica con teorías delirantes, que cuanto más locas parecen, más responden a la realidad que se descubre.
La epopeya del descubrimiento del Universo acaba de comenzar.
En los últimos 400 años, los instrumentos de observación han evolucionado mucho.
Desde que Galileo empezó a usar telescopios para observar el cielo (1609), pasaron casi 200 años hasta que el gran telescopio que construyó Herschel fue comprado por la España de Carlos III para su Observatorio Astronómico Nacional.
El gran avance tecnológico ha llegado en los últimos 100 años, con telescopios gigantes esparcidos por todas las regiones del planeta e incluso surcando los cielos.
Hasta hace menos de 100 años, los investigadores prácticamente trabajaban solos, aislados unos de otros y con medios artesanales.
Basta recordar cómo trabajaron Copérnico, Galileo, Kepler, Herschel, Newton y tantos otros.
Actualmente los grupos de trabajo están integrados por miles de científicos e investigadores de diversas ramas especializadas. Todos ellos disponen de sofisticados equipos de observación y cálculo.
Investigaciones recientes han concluido que el 96%, nada menos que el noventa y seis por ciento de la materia, es invisible para nuestros instrumentos.
Los astrónomos y físicos saben que existe, al observar los efectos gravitacionales de esta materia invisible. Es el misterio de la materia oscura.
Afortunadamente, desde la segunda mitad del siglo XX se ha eliminado la discriminación injusta e irracional contra la mujer en las actividades científicas.
Desde que se ha contado con ellas, sus aportes han sido notablemente enriquecedores.
Las comunicaciones lentas y esporádicas del pasado podrían tardar meses en llegar a sus destinatarios; ahora los informes y las publicaciones son frecuentes y numerosos.
Todo el mundo científico puede saber prácticamente al instante lo que se está haciendo en cualquier parte del mundo.
La imagen de los métodos artesanales utilizados por el privilegiado cerebro de Isaac Newton (1643-1727) para abrir una de las principales lagunas que nos han permitido comenzar a conocer las propiedades de la materia.
Sobre la composición fotográfica del acelerador lineal de hadrones (LHC) de Ginebra, que ha costado miles de millones de euros, pero que puede aportar información valiosa sobre qué es la materia y sobre todo cómo se inició este Universo en el que nos encontramos.
El LHC está ubicado debajo de la frontera franco-suiza cerca de Ginebra, Suiza, construido y operado por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).